80,000 personas en California dependen de diálisis para tratar condiciones renales en 650 clínicas de todo el estado. Pero solo dos corporaciones operan la mayoría de estas clínicas y están amasando considerables ganancias mientras no tienen suficiente personal en estos importantes centros médicos y hacen que los pacientes corran peligros innecesarios. Esta es la tercera vez que los trabajadores de la salud han puesto esta iniciativa frente a los votantes. Ambos esfuerzos anteriores perdieron porque las compañías de diálisis gastaron millones para derrotarlos. Para asegurar que los pacientes de diálisis tengan supervisión adecuada y segura en las clínicas, la Proposición 29 requerirá que haya un doctor, un practicante de enfermería o un asistente médico en el centro mientras durante sus operaciones. Esta vez una medida de transparencia adicional también obligaría a las clínicas a revelar si el doctor tiene más del 5% de intereses en la clínica, lo que es positivo. Las enfermedades renales afectan desproporcionadamente a las personas pobres y a las personas de color y las avaras corporaciones deben hacer lo que les corresponde para asegurar que los trabajadores estén protegidos y los pacientes estén seguros. Vote Sí a la Proposición 30.